¿Sabían que el Ron Centenario se produce en Curridabat de Costa Rica? ¡Ajá! Yo tampoco tenía idea.
Desde 2007, Ron Centenario comenzó a exportarse a España y actualmente tiene presencia en más de 20 países y está en continua expansión. Por ejemplo, es de los rones más apetecidos por el público alemán.
Unos días atrás fui a un evento top para aprender a catar rones de la categoría premium de Centenario. Es decir, aquellos que tienen más de 10 años de añejamiento.
El evento se llevó a cabo en un restaurante josefino que moría por conocer hace un buen rato: Restaurante Silvestre.
Su chef ejecutivo, Santiago Fernández, es reconocido por su lucha de rescate y elevación de la comida y los ingredientes costarricenses. Se le conoce por darle un acento innovador a nuestra gastronomía y por utilizar ingredientes muy ticos como el arracache, el cas, la sardina, etc, con preparaciones deconstruidas y muy interesantes.
De hecho, comenzamos la velada con sus icónicas mascaradas de cerámica que ocultaban en su interior el picadillo de arracache más singular que me haya comido: ¡era cremoso y semejaba ser un arroz con leche! Una explosión al paladar.
Durante el evento, catamos 4 rones premium y los acompañamos de sus respectivos maridajes.
Aquí les cuento de sus características:
?Ron Centenario 25 Años: de color ámbar, con notas maderosas y frutales, combinado con un espectacular paté de pollo, marshmallow de guayaba quemada, pasta de ciruelas y nueces garapiñadas.
?Ron 30 Años: con aroma a frutas maduras, notas de cereza y achocolatadas. Maridado con un increíble tartar de carne con crema ahumada y sardinas, acompañado de queso de cabra maduro de Coronado con cebolla encurtida con pimienta Jamaica sobre pasta de hojaldre.
?Ron edición especial 1985: con 43% de alcohol, de edición limitada con solo 12.000 botellas en el mundo. Es más cítrico y ahumado, con notas de caramelo. Lo combinamos con lomo de cordero tierno de Llano Grande de Cartago, puré de ajo fermentado en miel orgánica, con manzanas de Dota y apio.
? Ron 20 años marida perfecto con el delicioso postre de vainilla con el que cerramos la cena: combinaba atol, cheesecake de vainilla, helado de extra vainilla, fusionado con dulce de leche de la casa.
Cerramos la velada con cuentacuentos, al ritmo de un delicioso ron tonic. ¡Una experiencia gastronómica impresionante! Desde ya, deseando volver al Restaurante Silvestre para seguir probando las propuestas del chef Santiago y con una nueva perspectiva sobre los rones y las posibilidades que nos ofrece este versátil licor.