De Roma a Costa Rica es el lema de David Eminente, el dueño de Sapore Trattoria, un restaurante italiano en Costa Rica, donde realmente se come como en un auténtico rinconcito de Roma.
El ambiente de Sapore es inminentemente familiar y eso se siente al atravesar sus puertas. Los comensales siempre regresan y eso es señal de que hemos encontrado una joyita. Cada persona que entró durante mi estadía en Sapore saludó con familiaridad a meseros, cocineros y personal: ahora yo también me siento parte de la familia.
Gracias a la invitación de una pareja de buenos amigos, amantes de Sapore, esta Fatfluencer llegó al restaurante ubicado en Curridabat, frente a Plaza Freses, con un ambiente italiano y decoración más que acogedora. Sapore cuenta con otro restaurante, el primero que inauguró David en nuestro país hace ya 8 años, que se ubica en el centro de San José.
Iniciamos la experiencia con un delicioso vino tinto Fantini Montepulciano, que maridó perfectamente todos los platillos.
Por supuesto, yo tenía que vivir mi primera experiencia Sapore con una deliciosa pasta carbonara alla ruota, es decir, preparada dentro de una rueda de queso.
¡El platillo es toda una experiencia gastronómica! Su preparación es un espectáculo: comienzan por el raspado del queso parmesano, que es una rueda gigante, sigue con aromático licor de uva italiano: el famoso grappa y sobre la rueda de queso se vierte la pasta cocinada al dente. ¡No les puedo explicar el olor!
Esta pasta se hace con guanciale y no con tocineta, el guanciale es un embutido italiano de cachete de cerdo y en Sapore lo preparan ellos mismos y realizan todo el proceso de curación. La pasta, con abundante queso parmesano, se pasa al sartén donde se mezcla con la grasita del guanciale y se baja el fuego para agregar una yema de huevo y pimienta al gusto. El resultado es sedoso, cremoso y con el crunch perfecto del guanciale. Me transporta de inmediato a Roma y sus callecitas mágicas.
El spaghetti alla carbonara es un platillo característico de Roma y yo tuve la suerte de probarlo allí durante un viaje. Les confieso que el que preparan en Sapore no tiene nada que envidiarle; ¡ de verdad tienen que pedirlo!
Mis acompañantes disfrutaron de un sabroso calzone clásico con jamón y queso, crujiente y humeante, con el sabor de la masa perfecto y rebosante de salsa de tomate fresco, hecha en casa.
También probamos una pasta scialatielli all’amatriciana: pasta verde de albahaca hecha en casa con guanciale crocante y queso pecorino. ¡Impresionante!
Probamos además variedad de cervezas artesanales importadas de la región de Borgorose, Italia, que están disponibles junto con salsas, pastas, aceites, quesos y más delicatessen en la tiendita gourmet llamada Bottega del Gusto, dentro del restaurante.
Yo aproveché para llevarme a casa una pasta roja hecha a base de tomate, que me recomendaron combinar con salsa puttanesca, que conseguí enfrascada y súper fresca en la misma tiendita. Me gustó tanto el vino, que también me llevé a casa una botella para seguir disfrutando de su suave sabor.
Cerramos la noche con una sorpresa de David; un despliegue de deliciosos postres italianos: un auténtico cannolo siciliano, un maravilloso tiramisu y un semifredo al torrone; un cremoso helado con una capa de turrón crujiente.
¡Una cena para no olvidar y, sobre todo, para repetir!
Gracias por tu aportación. Feliz semana.